El sol en la astrología: significado y simbología

Desde la antigüedad, el sol ha jugado un papel importante en las culturas de todos los rincones del mundo. Centro de la existencia humana, fuente de luz y calor, a menudo se consideraba una fuerza cósmica con rasgos de divinidad. Encontramos evidencia de esto en artefactos y manuscritos que han sobrevivido hasta hoy. El sol es el protagonista indiscutible de las simbologías y tradiciones de muchos pueblos. En la astrología está cargada de ricos significados y asociaciones. Los descubriremos juntos en este artículo, en el que recorreremos la historia de este símbolo.

El sol en la mitología

Como se ha anticipado, cada civilización ha tenido su propia divinidad solar. Antes de que se establecieran las grandes religiones monoteístas, los elementos de la naturaleza se equiparaban a los dioses que decidían el destino de los humanos, recompensándolos o castigándolos por sus acciones. El sol, con su deslumbrante presencia en el cielo, fue el primero de ellos. Piensa en los antiguos egipcios, que se dedicaban al culto de Ra, el Dios del Sol. Narraron las leyendas de que cada noche navegaba por el inframundo en un barco real y recorría el Nilo celeste venciendo al Caos para salir victorioso al amanecer. Creador de hombres, fue el primer faraón. Su símbolo era el disco solar. Si Ra era el sol en su punto más alto, Zenit, Osiris representaba el sol poniente.

Después de los egipcios, incluso pueblos como Tebas, asirios, babilonios, persas y aztecas encontraron en el sol su divinidad por excelencia. Cuando llegaron a los griegos y romanos, esto fue identificado con el dios Apolo. Representado como un joven atractivo, simbolizaba el esplendor solar y también el prototipo de la perfección humana. Dios de las artes, la medicina, la música, la poesía y la profecía, era el sol espiritual que iluminaba el alma.

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El sol también jugó un papel importante en la antigua cultura china. De hecho se identificó con Yang, el Gran Principio Masculino, y fue representado como un ojo cósmico que domina el mundo durante el día. En la alquimia, el sol es un símbolo de la mente y el intelecto y se asocia con el oro por su brillo.

Tradicionalmente relacionado con la energía masculina, en algunas culturas tiene un rostro de mujer. Es el caso de las tradiciones celtas, africanas, japonesas y germánicas y de los indios americanos, según los cuales detrás de los rayos se esconde el esplendor y la vitalidad de un principio femenino.

El sol en la literatura

La literatura también nos ofrece excelentes ejemplos de la riqueza simbólica del sol. Comencemos con la Divina Comedia de Dante, en la que el sol es un símbolo del Dios cristiano. Fuente de vida y luz para todos los cuerpos celestes y terrestres, representa la suprema manifestación de lo divino. Otra concepción religiosa es la de San Francisco de Asís, que en su famoso Cántico de las Criaturas celebra al «Hermano Sol», la primera razón para alabar al Señor. Aventurándose en suelo inglés, Shakespeare describió al sol como un noble planeta, que corrige con su luz los aspectos siniestros de los planetas malignos.

Simbología y significados astrológicos

En astrología, el Sol se identifica con su propio glifo, una especie de signo planetario. Es un círculo con un punto en el centro, que casualmente también es un símbolo alquímico. Su significado está ligado al Todo Cósmico y al logro de la perfección interior. Si el punto pequeño es el ego, el círculo más grande es el universo. Por lo tanto, representa el ego de cada individuo y su forma de relacionarse con la creación. En el momento del nacimiento, el sol ilumina nuestro carácter y personalidad y nos hace visibles al mundo. Dependerá entonces del individuo utilizar sus características internas hacia el bien o el mal, es decir, hacia la luz original del sol o la oscuridad de la noche. Las cualidades y valores típicamente asociados con el sol son: poder, energía, fuerza, claridad y vitalidad.

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